Graphe
Martínez Avezuela
EVA RODRÍGUEZ GÓNGORA

Campos de fuerza

Septiembre, 2023

52 pp

225 × 157 mm

«...La obra de Eva Rodríguez Góngora (Almería, 1989) se cimenta sobre la observación y la escucha. No da por sabido y es como ese ángel que intenta meter el mar en un cuenco de arena. Su trabajo es tan silencioso, tan largo y obstinado que apenas se ha dado aún a conocer. Un solo dibujo de unos pocos centímetros de extensión puede llevarle meses de trabajo, así que un puñado de avisados se encuentra siempre a la espera de sus nuevas piezas. Un observador poco atento señalará en su trabajo alguna hermandad con el hiperrealismo o quizás con la producción de artistas como Vija Celmins, pero estaría errando el tiro. Sobre todo porque le asiste una fuerte inclinación a la analogía y a la síntesis, es decir, a lo simbólico. El minucioso barrido material de sus piezas incorpora un tejido metafórico que solo encuentra prolongación y esclarecimiento en sus escritos. Y aunque habitualmente se sirva del grafito o de la pintura, su método, finalmente, es el del viento, la arena o el agua: en sus piezas no suele haber lo que habitualmente entendemos por trazos, sino más bien puntos diminutos, o el trabajo de punzones o de sutiles veladuras de pintura dotadas de una complejidad estructural poco común.

Así, el proceso se torna significante y acaba por comprometer decisivamente el resultado. Rodríguez Góngora pone un pie en lo geológico y otro en lo sideral, dando por sentado que son manifestaciones de un mismo duelo. La distancia entre esos dos polos genera un arco de fuerza que la mayor parte de nosotros no alcanzaría a sostener un solo segundo, no digamos ya manejarlo como si se empujaran órbitas o volcanes. Cada una de sus piezas es el resultado de un proceso de investigación cruzado de reflexiones, tanteos y lecturas, y es por eso, y por más extraño que pueda parecer, que la tarea que le ocupa responde a un empeño que es al mismo tiempo angélico y humboldtiano. Se trata del sueño, de la intuición y de la ciencia. De modo que si un día caminas por la playa y ves a Eva tratando de componer el mar en un rectángulo de arena, no la interrumpas con tus preguntas y menos aún con tus apremios. Déjalo estar y presta oído...»


Francisco Jesús Serrano Alba